Ortega y Gasset: Filosofía, Modernidad y Vida

Cómo caracteriza Ortega la investigación filosófica

En su obra titulada "¿Qué es filosofía?" define esta disciplina como “el estudio radical de la totalidad del Universo”. Dicha investigación se caracteriza por:

• Principio de autonomía: el filósofo debe admitir como verdadero sólo aquello que se le muestre a él mismo con evidencia.
• Principio de pantonomía: la filosofía se interesa por el Universo en general, siendo éste el conjunto de todas las cosas.
• La filosofía es un conocimiento teórico: por ser conocimiento es un sistema de conceptos precisos, basados en el ejercicio de la razón.
• El método de la filosofía es la intuición filosófica; que capta la presencia inmediata de la verdad

Cómo plantea Ortega el problema de la superación de la modernidad (Crítica a la noción moderna de subjetividad)

Ortega considera que nuestra tarea consiste en superar el principio básico de la modernidad: la subjetividad. Para el racionalismo la razón es la dimensión fundamental del hombre y es capaz de aportarnos verdades abstractas, atemporales, ajenas a cualquier elemento histórico y subjetivo. En sus versiones más extremas, el racionalismo es contrario a la vida. Por otro lado, el planteamiento idealista concibe el mundo como una construcción del sujeto cognoscente. Frente a estos puntos de vista encontramos doctrinas opuestas: el idealismo tiene como contraria la tesis realista típica del pensamiento antiguo y medieval, y al racionalismo se opone el relativismo y el vitalismo irracionalista. Ortega considera que ninguna de estas dos oposiciones es correcta, que es preciso encontrar una solución a la disputa entre el racionalismo y el relativismo, entre el idealismo y el realismo. Y ello sólo es posible profundizando en el gran descubrimiento de la modernidad (la subjetividad).

Cómo supera Ortega la controversia racionalismo/escepticismo y realismo/idealismo

Ortega rechaza la visión de una razón ahistórica y transpersonal, pero sin proponer una actitud vitalista radical. Frente a ambos; relativismo y racionalismo, propondrá su "raciovitalismo" con una noción de la razón que no sea contraria a la vida; la razón vital.

La solución a la disputa entre realismo e idealismo pasa por cuestionar sus respectivas concepciones de la realidad. Para el realismo, la realidad es independiente de la conciencia o mente que se la representa o conoce y el conocimiento es un proceso en el que nuestra mente es pasiva.

Por su parte, el idealismo defiende todo lo contrario: la realidad es una construcción de la subjetividad que se la representa. Frente a esta controversia Ortega pretende mantener una posición de equilibrio entre el sujeto y el objeto, entre la mente y el mundo, entre el yo y las cosas. La realidad tiene dos caras y ambos extremos se necesitan mutuamente. Ni la realidad es una mera construcción del sujeto ni la realidad es algo independiente y anterior al sujeto. La relación necesaria de ambos términos se refleja en su célebre frase “yo soy yo y mi circunstancia”: mis circunstancias están ahí porque yo las atiendo, el mundo en su relación conmigo, con mi subjetividad entera; pero el yo no puede darse sin las circunstancias, depende de las cosas para su realización. La realidad consta de mundo y subjetividad y ambas se necesitan mutuamente, están radicalmente unidas.

El concepto de vida como realidad radical

Pensar en la realidad radical es pensar en la realidad en la que descansan todas las demás. Al ser la primera realidad será la primera verdad; además será aquél ámbito en el que se hacen presentes todos los demás.

Ortega se niega a identificarla con entidades claramente definidas por la tradición: la vida no es el cuerpo, pero tampoco el alma ni la mente. Tampoco es una categoría abstracta, antes bien, es el término más concreto de todos pues se refiere a la vida de cada cual, al vivir concreto: la vida es el conjunto de vivencias y el ámbito en el que se hace presente todo, incluidos los dos grandes géneros de realidad que han enfrentado a realistas e idealistas: el mundo o circunstancia y el yo o subjetividad; estos dos extremos se necesitan mutuamente y son elementos de la vida.